Hace 10 años Luis ganó poco más de 80 kilos y perdió las ganas. “Ganas de hacer cualquier cosa, de caminar, de subir a la bicicleta, perdí incluso algunas actividades con mis hijas, todo lo miraba desde la barandilla”, platica mientras intenta acomodarse en una silla un poco estrecha para sus 170 kilos.
“Busqué alternativas, desde hace mucho hice todas las dietas que conozco: la de la Luna, la cebolla, la de los colores, todas las que veía las hacía, hasta las que parecían desagradables. Incluso vi alternativas quirúrgicas pero ninguna era compatible con mi bolsillo”.
Luis Hernández, comerciante de 42 años, es una de las 200 personas que ingresaron al programa de obesidad mórbida del Gobierno del Distrito Federal, y en menos de un mes tendrá un bypass gástrico que le ayudará a reducir el exceso de masa corporal.
Antes de la operación, programada para mayo, deberá bajar al menos 10 kilos, con un control nutricional y sobre todo deberá hacer cambiar de hábitos.
El programa arrancó oficialmente en marzo pasado, con la conformación de los grupos. A partir de ayer comenzaron formalmente las cirugías y se prevé la operación de 600 personas durante los siguientes tres años. Estarán agrupadas en bloques de 200 y todas tendrán seguimiento psicológico, nutricional y físico durante un periodo de entre tres y cinco años.
Adriana Lieceaga, una de las doctoras que participan en el programa, explica que no sólo se trata de cirugías, sino de un programa completo.
El objetivo es bajar una parte del índice de masa corporal que pone en riesgo la salud del paciente; es decir, es sólo el primer paso para combatir el problema.
El director de la clínica de obesidad mórbida, Francisco José Campos, explicó que el tratamiento de las personas con obesidad reduce la presencia de al menos tres enfermedades que más le cuestan al estado como la diabetes, la hipertensión y patologías coronarias.
El proceso incluye una intervención quirúrgica que hará su estómago más pequeño. Reducirá la capacidad de ingerir comida a unos 40 mililitros. Una persona acostumbrada a comer 300 gramos de carne, deberá acostumbrarse a ingerir nutrientes en el equivalente a menos de la cuarta parte de un vaso de agua.
Los procedimientos que realizarán los integrantes de la clínica de obesidad mórbida son la banda gástrica, la manga gástrica y el bypass gástrico.
Las tres son operaciones quirúrgicas que varían de acuerdo a las condiciones del paciente y todas están enfocadas a disminuir su capacidad estomacal.
Los riesgos, como toda cirugía, son desde infecciones leves hasta la muerte por septicemia. Los porcentajes de mortalidad van desde 0.5 por ciento hasta 3 por ciento.
Sin embargo, para algunos pacientes perder peso ya es cuestión de vida o muerte.
Claudia, ganó el doble de su peso en menos de cinco años. Hoy, con 102 kilogramos está en riesgo de contraer diabetes.
“Para mí no es tan importante ponerme un vestido o algo así. Significa no perder la vista, una pierna. Para mí el que no muera de diabetes como mi padre es lo más importante”, dijo.
Esta operación en clínicas privadas cuesta entre 200 mil y 350 mil pesos. El GDF las hará de manera gratuita en las instalaciones del hospital Rubén Leñero a las personas cuyo sobrepeso represente un riesgo para su salud.
El costo por paciente en el hospital se calcula que será de entre 3 mil y 3 mil 500 dólares.
En el proceso se requiere la participación de diversos especialistas, pues si bien la cirugía es uno de los pasos más importantes para el tratamiento, no es la única solución.
“Algo que debemos hacer conscientes a los pacientes es que la cirugía no es mágica, no podemos hacer que todo su exceso de peso se elimine tan sólo por la cirugía. Debe haber una transformación de hábitos de su parte”, explicó Campos.