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El azúcar

Al metabolismo humano no le es natural tomar tanto azúcar como habitualmente se toma en la vida moderna. Tomar azúcar, aparte de no resolver los problemas emocionales subyacentes tiende a acentuarlos y crear muchos y graves problemas adicionales.

Comer alimentos dulces (galletas, zumos, cacaos, chocolate, helados, cremas de chocolate, arroz con leche, yogures con sabores, pan super-refinado, etc.) supone una agresión al cuerpo de alta intensidad.

Cuando se toma azúcar puro, éste pasa muy rápidamente a la sangre y la persona está eufórica un rato, después de lo cuál el azúcar en la sangre baja (por la insulina) y se necesita más azúcar.

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En este sistema de sube-baja (tipo droga), el azúcar tiende a quedarse bajo al final, es la hipoglucemia reactiva.

Una persona hipoglucémica se comporta con una gran inestabilidad emocional, es además un círculo vicioso del que no es fácil salir.

La persona llega a pensar que ella es así, empieza a explicar algunos comportamientos con argumentos que parecen lógicos, pero que son más bien extravagantes si nos damos cuenta de que es un problema crónico de niveles de azúcar en la sangre

En la sociedad ‘rica’ la mayor parte de las personas somos hipoglucémicas en algún grado.

Hay varias maneras de reaccionar a los momentos con nivel bajo de azúcar, la mayor parte de las personas tienen por hábito tomar dulce (hay otras como tomar café o trabajar bajo estrés).

Conviene aquí hacer un inventario de los efectos más importantes que el consumo habitual y excesivo de azúcar y derivados puede tener en una persona:

  • Tendencia a la depresión.
  • Tendencia a las sicodependencias respecto de la comida, la bebida, las drogas y otros comportamientos sicodependientes.
  • Alta acidez de la sangre, que conlleva desmineralización y consiguientes problemas óseos, nerviosos, e infecciosos.
  • Deterioro general de las facultades mentales, que se manifiesta en los niños en forma de dispersión y falta de concentración, en los adultos en forma de confusión mental y debilidad emocional, y en la tercera edad en forma de demencias seniles, incluido el alzheimer.
  • Mal funcionamiento del páncreas, que con el tiempo se puede generar una diabetes.
  • Debilitamiento de la flora intestinal y del sistema inmunitario.
  • Psicosis (provocadas por azúcar, alcohol o drogas).

Un antídoto del azúcar muy eficaz es tomar habitualmente algo de arroz integral, que tiene exactamente los efectos contrarios, y que ayuda a contrarrestarlos.

Al contrario que con el azúcar simple, cuando se toman hidratos de carbono complejos (presentes en la comida natural), éstos se acumulan en el almacén del hígado y los músculos, y se suministran a la sangre cada vez que se necesita.

Además, vienen acompañados con los minerales y vitaminas que el cuerpo necesita para metabolizarlos, así el metabolismo no tiene necesidad de robarlos del propio cuerpo.

Hay azúcares simples menos nocivos y azúcares simples más nocivos, es lo mismo que pasa con el alcohol. Aún tratándose de azúcares buenos deben limitarse.

Como el dulce es muy rico y muchos no podemos pasar sin él, y además hay que tomar postres de vez en cuando, la recomendación sería utilizar, siempre que sea posible:

Melazas de cebada, arroz, trigo, maíz, o caña integral.

Azúcar integral biológico (no azúcar moreno, el cuál suele ser refinado)

Frutos secos tipo uvas pasas y orejones. Los dátiles e higos secos son más yin (tropicales) y por tanto de uso menos frecuente.

Miel virgen en pequeñas cantidades, sin calentar. Las mieles comerciales la fabrican muchas veces las abejas con el azúcar blanco que les ponen cerca de las colmenas, además después están calentadas y tratadas.

Chocolates de buena calidad (ecotiendas: mirar composición) y en muy pequeñas cantidades.

Casi todas las verduras buenas y legumbres tienen azúcares buenos. Para la hipoglucemia de los niños son especialmente buenas las lentejas.

Sin embargo, no son buenas soluciones:

Los edulcorantes bajos en calorías (tipo sacarina), producen efectos secundarios importantes a largo plazo, suelen ser un factor cancerígeno. En términos yin-yang, estos endulzantes super-potentes y no calóricos son extremadamente yin.

La fructosa (de supermercado o ecotienda). El efecto es mejor para los diabéticos, pero para las personas normales el efecto final es similar, incluso peor por un efecto más nocivo que produce en el hígado.

Muchos productos denominados dietéticos llevan la etiqueta ‘sin azúcar añadido‘.

Cuidado, esto es peor que el azúcar, pueden llevar aspartame o similar, lo cuál será probablemente retirado en algún momento por los efectos graves que produce, y otros llevan fructosa.

¿deberían estar prohibidos el azucar y los dulces?

Obviamente NO. El azúcar es una droga blanda, que como tal crea dependencia. Pero esto no quiere decir que no haya que tomarla, al contrario, lo que hay que hacer es gestionar mejor la que se toma, tomarlo en su justa medida, y cuidar que sea de la mejor calidad.

El azúcar funciona un poco como el alcohol, la diferencia es que es más difícil de gestionar sus efectos porque no son tan perceptibles. Por lo tanto, se puede tomar azúcar y dulce como se puede tomar una copa o varias cervezas, otra cosa es ser alcohólico.

Es una evidencia de las estadísticas que el azúcar produce mucha mayor cantidad de enfermedad a nivel global que el alcohol y que el tabaco.

Se han intentado algunas iniciativas en EE UU, pero el tema es difícil porque, como siempre, hay grandes poderes fácticos que no están por la labor (sobre todo algunos de los grandes fabricantes de refrescos).

Aurelia Fuentes
Aurelia Fuentes
¡Buenos días a todos! Mi nombre es Aurelia, nací en Madrid y preparar recetas es mi mayor pasión. Cuando puedo disfruto preparando todo tipo de tartas y dulces, pero mientras tanto me encontraréis aquí escribiendo muchos artículos interesantes!

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