Comer por motivos emocionales es la práctica de consumir grandes cantidades de alimentos -por lo general de “confort” o comida chatarra- en respuesta a los sentimientos en vez del hambre. Los expertos estiman que el 75% de comer en exceso es causado por las emociones.
Muchos de nosotros aprendemos que los alimentos pueden traer consuelo, al menos en el corto plazo. Como resultado, a menudo recurrimos a la comida para curar problemas emocionales. Comer se convierte en un hábito el cual nos impide aprender habilidades que pueden resolver eficazmente nuestra angustia emocional.
Depresión, aburrimiento, soledad, ira crónica, ansiedad, frustración, estrés, problemas en las relaciones interpersonales, y la falta de autoestima; pueden dar lugar a comer en exceso y a un aumento de peso no deseado.
Al identificar lo que desencadena el comer por motivos emocionales, podemos contar con técnicas más apropiadas para manejar nuestros problemas emocionales y llevar los alimentos y el aumento de peso fuera de la ecuación.
Una técnica muy efectiva es EFT o técnicas de liberación emocional, te ayudaran a eliminar creencias, hábitos, estrés e inclusive depresión. Carla Valencia tiene en youtube muchos videos que te ayudaran a tener una idea de esta técnica.
Cómo identificar estimulantes de comer
Las situaciones y emociones las cuales provocan que comamos están en cinco categorías principales.
Social
Comer cuando se está cerca de otras personas. Por ejemplo, comer en exceso puede darse al ser alentado por otras personas a hacerlo, comer para encajar en un grupo, argumentando, o sentimientos de insuficiencia alrededor de otras personas.
Emocional
Comer en respuesta al aburrimiento, estrés, fatiga, tensión, depresión, ira, ansiedad o la soledad como una manera de “llenar el vacío”.
Situacional
Comer porque se presenta la oportunidad. Por ejemplo, en un restaurante, ver un anuncio de un alimento en particular, pasando por una panadería. Comer también puede estar asociado con ciertas actividades como ver televisión, ir al cine o un evento deportivo, etc.
Pensamientos
Comer como resultado de autoestima negativa o inventarse excusas para comer. Por ejemplo, regañarse a uno mismo por cómo nos vemos o la falta de fuerza de voluntad.
Fisiológica
Comer en respuesta a señales físicas. Por ejemplo, el aumento del hambre debido a saltarse las comidas o comer para curar dolores de cabeza u otros dolores.
Cómo dejar de comer por motivos emocionales
Identificación los factores desencadenantes de comer por motivos emocionales y los malos hábitos alimenticios es el primer paso. Sin embargo, esto por sí solo no es suficiente para alterar la conducta alimentaria. Por lo general, en el momento en que hayas identificado un patrón, comer en respuesta a emociones o ciertas situaciones se ha convertido en un hábito. Ahora tienes que acabar con ese hábito.
Desarrollar alternativas a comer es el segundo paso. Cuando comienzas a buscar comida en respuesta a un generador de comer, en vez de hacerlo prueba alguna de las siguientes actividades.
- Lee un buen libro o una revista, o escucha música.
- Sal a caminar o a trotar.
- Toma un baño de burbujas.
- Haz ejercicios de respiración profunda.
- Juega a las cartas o un juego de mesa.
- Habla con un amigo.
- Haz las tareas domésticas, lava la ropa, o trabaja en el jardín.
- Lava el auto.
- Escribe una carta.
- O haz cualquier otra actividad placentera o necesaria, hasta que el impulso de comer haya pasado.
A veces simplemente distraerse de comer y el desarrollar hábitos alternativos no es suficiente para manejar la angustia emocional que lleva a comer en exceso. Para hacer frente al estrés emocional con mayor eficacia, prueba con
- Ejercicios de relajación
- Meditación
- Terapia individual o de grupo
Estas técnicas tratan los problemas emocionales subyacentes los cuales están causando que comas en exceso, y te enseñan a tratar con ellos de manera más eficaz y saludable. Para obtener más información sobre estas técnicas, consulta a tu médico.
A medida que aprendes a incorporar estrategias más adecuadas y frenar el exceso al comer, recuerda premiarte por un trabajo bien hecho. Tendemos a repetir conductas que han sido reforzadas, así que prémiate cuando alcances tus objetivos de pérdida de peso.
Compra esa blusa que tanto querías, viaja de vacaciones, o toma ese masaje que querías. Al premiarte a ti mismo por un trabajo bien hecho aumenta la probabilidad de que mantengas tus nuevos hábitos saludables.