La natación es uno de los deportes más completos y terapéuticos que mejora nuestro rendimiento físico y psíquico. Nadar nos mantiene en forma permitiéndonos adelgazar y coger tono muscular, ya que implica el trabajo del 95% de los músculos del cuerpo.
Los beneficios de nadar se perciben rápidamente, entre ellos incrementa la resistencia aeróbica y la flexibilidad de las articulaciones.
Mejora nuestra coordinación, el equilibrio, la postura, y mejora la circulación sanguínea siendo uno de los deportes más cardiosaludables. A nivel psíquico nos ayuda a relajarnos, aumenta la autoestima y el sentimiento de autorrealización.
Nadar es un deporte que puede realizar todo el mundo a cualquier edad, desde bebés a ancianos y en general, todo el mundo al que le guste el contacto con el agua. Ya sea en el mar o en la piscina la sensación de querer flotar y avanzar en el agua nos invita a chapotear, saltar y nadar.
En el agua realizamos mucho ejercicio al trabajar nuestros músculos sin prácticamente darnos cuenta, nadar no sólo implica mover los brazos y las piernas, también realizamos ejercicio mientras nos mantenemos a flote o caminamos en el agua. Además si estamos en la playa podemos caminar por la orilla del mar, jugar a la pelota o las palas, o saltar las olas.
El ejercicio bajo el agua además de suponer un gran gasto calórico que nos ayuda a quemar grasas, a tonificar y a mantenernos en forma, resulta muy medicinal. Ayuda a las embarazadas en la preparación del parto, a recuperarse tras dar a luz, y a los bebés y niños a mejorar su desarollo físico y psicomotor.
La fisioterapia acuática supone una gran rehabilitación para mejorar determinadas dolencias. Como la artritis, artrosis, escoliosis, hernias discales, hipercifosis, hiperlordosis, paraplejias, tretaplejias, osteoporosis, recuperaciones de lesiones (lesiones cervicales, esguinces, fracturas, luxaciones…).
Postoperatorios traumatológicos, problemas circulatorios en las extremidades (varices o tromboflebitis) y la recuperación cardiaca después de un infarto.
Nadar se recomienda también a personas mayores, con sobrepeso y obesas, ya que en el agua se reducen los riesgos de lesiones en articulaciones, ligamentos o músculos, reduciendo la tensión producida por el peso de más.
A las personas obesas o con sobrepeso se les recomienda nadar en el mar, ya que en agua salada flotamos mucho más que en agua dulce, por lo que nos cansamos menos.
Beneficios de cada estilo
Cuando nadamos realizamos ejercicio aeróbico cualquiera que sea el estilo que practiquemos, existen cuatro estilos clásicos:
- Braza: tonifica especialmente los músculos interiores de las piernas (abductores) y los brazos. No se recomienda a personas con problemas de cervicales, lumbares o de espalda, escoliosis, problemas de rodilla o a mujeres embarazadas
- Crol: tonifica brazos y piernas y beneficia las articulaciones de los hombros relajándolas.
- Espalda: tonifica las piernas y relaja las articulaciones de los hombros. Es el estilo más suave, siendo el más beneficioso para personas mayores.
- Mariposa: es el estilo con el que realizamos más ejercicio aeróbico, implicándo más fuerza y movimiento es muy energético y trabaja y tonifica todo el cuerpo. Sólo se aconseja a personas en buena forma, desaconsejándose a personas con escoliosis o problemas de rodillas.
Recuerda que en la piscina también podemos realizar ejercicio aeróbico bajo el agua con las clases de aquagym.